Áreas de trabajo

El periodo perinatal comprende las etapas que rodean el nacimiento de un hijo; concepción, embarazo, parto y posparto. Es un periodo de importantes transformaciones en la mujer, tanto a nivel físico, social, psicológico y neurohormonal que la predispone a un escenario de vulnerabilidad. 

El embarazo implica una transformación corporal y cerebral que se expresa en un proceso psíquico particular, y que es necesario reconocer y cuidar. 

Es por esta razón que el acompañamiento por un psicólogo formado en esta área, va a favorecer la comprensión y adaptación de los procesos psicológicos que está viviendo la mujer, buscando siempre promover la salud mental y bienestar tanto de la madre como de su bebe, y cuidando el vínculo entre ambos, pareja y familia.

Se habla de infancia temprana o primera infancia, para hacer alusión al periodo entre los 0 y 6 años de edad. Es un periodo especialmente sensible, ya que el cerebro del niño se encuentra en pleno desarrollo, por lo que se producen cambios estructurales y funcionales que van a ser determinantes, donde se van creando nuevas conexiones neuronales y van desapareciendo las que no se usan. Además, es un periodo de vulnerabilidad porque se sientan las bases de la seguridad socioemocional, lo que podría tener repercusión en la formación de los vínculos, así como el desarrollo de competencias socioemocionales necesarias para poder adaptarse a las demandas de la vida.

Por todo lo expuesto es que se requiere de una comprensión e intervención especializada durante los primeros años de la infancia. 

Intervenciones psicoterapéuticas en niños que tienen entre 7 y 12 años de edad, desde una mirada sensible y respetuosa, las cuales van a ser adecuadas a la experiencia, desarrollo y necesidades de ese niño/familia en particular, considerando siempre sus características temperamentales, organización del procesamiento sensorial/cognitivo y afectivo, su nivel de actividad, del neurodesarrollo, antecedentes pre y perinatales, vínculos de apego, dinámica familiar, etc.; donde se busca promover el desarrollo socioemocional a través del contexto de sensibilidad, disponibilidad, cuidado y seguridad en el vínculo del niño con sus cuidadores.

La crianza implica constantes aprendizajes y desafíos. Implica mirarse a uno mismo y conectarse con la propia infancia y relaciones con nuestros cuidadores, donde muchas veces también aparecen recuerdos que pudiesen haber sido dolorosos, pero que al no haber sido correctamente elaborados, pueden resurgir como patrones que se perpetúan y se normalizan con los hijos, repitiendo el dolor, la falta de aprendizaje y finalmente el actuar desde el temor. 

La psicoeducación parental tiene por objetivo sensibilizar y promover una actitud empática en los cuidadores, buscando comprender y validar la experiencia del niño (desde el niño), y diferenciarla de la del adulto. Es decir, lo que se busca es que el adulto logre observar/se y de esta forma poder reconocer y diferenciar sus experiencias y temores, lo que suele tener un efecto en la interpretación que hacemos de las conductas de los niños.

Cada etapa del desarrollo tiene sus propios desafíos y a veces es necesario buscar apoyo o asesoría especializada para promover un desarrollo socioemocional saludable en nuestros hijos, y fortalecer los vínculos.